ADICTOS

Yo soy mi atención.
Mi atención es lo único que puedo llamar mío.
Cuando mi atención queda atrapada en algo ó alguien, pierdo mi libertad.
Ese es el significado de Addictus: el que perdió su libertad.
Tantas cosas compiten por atraer y atrapar mi atención que me hipnotizan, me atontan.
Es un efecto narcótico al cual me entrego me entrego.
Y me entrego tan plácidamente a ese juego, que me esfumo, desaparezco. Dormido? Impotente?
Los pensamientos atrapan mi atención.
Son como monos saltando de rama en rama en compulsión frenética. Unas veces, interesantes pensamientos. Otras veces, brillantes pensamientos. Las más veces, apestosos y obsesivos pensamientos.
Y les llamo Yo.
Yo pienso, digo.
 Y no es así para nada.
Los pensamientos surgen llamando a mi atención y me aferro a ellos, como la mano del mono que agarra  el maní dentro del coco, que se convierte en su trampa. Eso son, trampas de mono. Y el mono atrapado es mi atención. Yo. Porque Yo soy mi atención.
Las emociones y los sentimientos atrapan mi atención y digo: Yo siento, Y no es así para nada. Al igual que los pensamientos las emociones surgen en mí, atraen mi atención. Al aferrarme a ellas, pierdo mi libertad. Me atrapan. Me convierto en addictus. Me poseen.
Así mismo las sensaciones de placer o dolor, los "me gusta" ó "no me gusta". Cedo ante todo y secuestran mi atención.
Hay alguien allí?

RE-LIGAR

Cuando desaparece el sentimiento religioso personal, íntimo, lo espiritual se convierte en un objeto del ego para el bienestar. Se pierde el alma junto al sentido de lo sagrado. Todo, excepto una explicación literal y “científica” de los misterios de la vida, es negado, ridiculizado ó banalizado.
La desaparición del sentimiento religioso (de re-ligar, volver a unir lo que está separado, en este caso al hombre y a Dios) va acompañada de una pérdida del alma, porque ese re-ligar, ese acercamiento, esa unión con Dios es lo que la alimenta. Surge el sentimiento de vacío interior producto de la separación (la metáfora de la caída del Edén). Hay muchas entretenciones espirituales para tratar de saciar esa sed de plenitud. Ninguna lo logra satisfactoriamente. El entretenimiento también está vacío, no tiene "alma".
Hay "alma" en las enseñanzas de los místicos de las principales tradiciones religiosas y esa "alma" encuentra la nuestra cuando nos sumergimos en sus aguas. Se puede beber de ellas.
No es lo mismo religión que iglesia. Aunque hoy iglesia y religión se perciben sinónimos.
La religión habla al alma y la alimenta. El ser necesita una re-ligión personal para vivir, que lo alimente, para manifestarse en el drama cósmico de la vida, para ocupar su lugar. Esa manifestación, que no es propia, es la de Dios a través, y no puede ocurrir en la dualidad de la separación, en el reinado del ego.
Re-ligar. Re-lación. Significado. Este es el sentido profundo y el propósito de la vida del hombre en la Tierra (nada hay más simple que esto): ser la vasija en donde Dios se vierte. De manera orgánica, no metafórica o imaginaria. Es el “...estoy haciendo todo nuevo”... de Jesús. Pero en realidad es un : "se está haciendo todo nuevo a través de mí." Y no soy yo quien lo hace, pero participo, y en ello soy transformado interiormente. Es la metanoia del cristianismo antiguo. Es el cambio síquico en los 12 Pasos de Alcohólicos Anónimos. Sin esa participación no es posible la manifestación.
Y es personal.
Esa re-ligión, esa acción sagrada de relación, es personal, nadie la puede hacer por mí. Y no ocurre por seguir a otro.
Enmanuel Swedenborg, científico, teólogo, filósofo y místico sueco (1688-1772), autor de El Verdadero Cristianismo, dijo:
"El pensamiento y la voluntad no podrían existir a menos que haya una acción y cooperación similar entre la vida a medida que ingresa a nuestro interior y la estructura orgánica espiritual subyacente a nuestro cerebro. La vida fluye desde el Señor hacia esa estructura orgánica. Debido a que la estructura orgánica coopera, percibe lo que se está pensando ...
La estructura orgánica espiritual consiste en hebras largas en hélices".